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viernes, 5 de marzo de 2021

¿Qué tal estás?

 Os comparto esta emocionante actividad que hicimos ayer. Consiste en hacer un reloj que irá indicando cómo nos sentimos. Para eso, en una tira de papel vamos dibujando distintas caritas: alegre, triste, sorprendida, enfadada, asustada, disgustada. En otro papel hacemos un círculo que será el exterior del reloj. Podemos escribir alrededor nuestro nombre y la pregunta: ¿Qué tal estás? Doblamos el círculo y le hacemos dos cortes trasversales y separados la distancia de una carita, por donde metemos la tira de emociones. Ya sólo nos queda ponerle velcro adhesivo para usar de cierre. Nos ponemos el reloj y elegimos cómo nos sentimos y si la emoción nos cambia vamos girando la tira hasta encontrar nuestro nuevo sentimiento.

    Estos son nuestros relojes, uno con caritas dibujadas a mano y otros dos con caritas ya diseñadas que encontramos en las páginas: https://www.psicoactiva.com/blog/ensenar-los-ninos-reconocer-emociones/ y https://www.imageneseducativas.com/ducacion-emocional-tarjetas-para-trabajar-las-emociones y las hemos impreso, recortado y pegado.




    
    

        Esta actividad les sirve para reconocer cómo se sienten.
  Las emociones no son ni buenas ni malas, si no que unas resultan más agradables y otras más desagradables. Todas son necesarias y nos aportan información valiosa. Debemos respetarlas y no invalidarlas, negarlas o quitarles importancia, ya que eso provocaría que el niñ@ se sienta incomprendid@ y pueda decidir en un futuro reprimirlas y ocultarlas.
   Debemos aceptarlas sin juzgarlas, porque para el niñ@ son reales y auténticas. Y una vez reconocidas ponerles nombre y validarlas con palabras de empatía. Mostrarle al niñ@ que es normal que se sienta como se siente. "Entiendo que te sientas enfadad@, te he apagado la tele y querías seguir viéndola, yo también me siento así si alguien no me deja acabar de hacer algo que he empezado".
  Otra cosa es la conducta asociada que adopte el niñ@. Si la conducta no fuera apropiada no podríamos permitírsela. "...pero no puedes pegarle, gritarle, escupirle a nadie por eso". 
  El último paso sería centrarnos en lo que sí se puede hacer y en la búsqueda de soluciones: resolverlo con palabras, escribir una nota o dibujo sobre qué ha pasado, pedir ayuda, disculparse. "Cuando me has apagado la tele me he sentido muy enfadad@, me gustaría que me avisases con antelación del tiempo de tele que me queda".
    Los padres no somos perfectos: nos ponemos nerviosos, nos enfadamos, nos cansamos, nos asustamos. Pero desde nuestra imperfección les ayudamos:
  • Si expresamos nuestras emociones y necesidades... les enseñaremos a expresar las suyas
  • Si les mostramos nuestras debilidades y vulnerabilidad... verán que nos necesitamos los unos a los otros
  • Si nos equivocamos ... aprenderán a disculparse y buscar soluciones
  • Si reconocemos que no lo sabemos todo... sembraremos en ellos las ganas de aprender
  • Si pedimos ayuda...  aprenderán la necesidad de colaborar
    Para ellos somos su "TODO", es una maravillosa oportunidad que debemos aprovechar.

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